Elia Kazan bucea en las relaciones de pareja, según la obra de Tennessee Williams, para mostrar -sin ningún tipo de anestesia- un tenso y apasionante ejercicio de sinsabores y verdades escupidas a la cara. Magistrales interpretaciones (de Leigh, Malden y Hunter) que se llevaron el Oscar mientras Brando (que se quedó sin la estatuilla: se lo dieron a Bogart por "La reina de África") sudaba una camiseta que le encumbró en el olimpo de los mitos. Imprescindible (Pablo Kurt, en filmaffinity).
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